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Hace poco me di cuenta de la inestimable joya que  llevo en una de mis muñecas, desde hace ya años. Y que no la trato con el mimo y cuidado que se merece. Tan sólo la uso para su función más básica, ignorando las otras funciones que tiene, y que son parte del monto total que pagué por el artículo en cuestión.

Se encuentra un poco ajado en su exterior debido al uso constante en todos los años que va que lo poseo. Pero a pesar de ello, sigue funcionando fielmente como el primer día, en todas sus funciones, dando así fe de su calidad y valor inestimable..

Y meditando sobre eso, me di cuenta que con las relaciones Am@-sumis@ en muchos casos, sucede exactamente igual.

Hay quien busca un Am@ con el ideal de encontrar a un George Clooney o una Angelina Jolie, sin entrar a valorar nada más. Los hay que ni buscan un George Clooney, cualquiera les sirve…

¿Cualquiera? ¿De verdad? Lo dudo, otra cosa es que del otro lado piensen así, me temo que más que pensar, malpiensan.

Se suceden otros casos, en que un Am@ se encuentra con un/a sumis@ con funciones que el Am@ no sabe usar. O no gusta de usar. O al contrario un/a sumis@ con un Amo que gusta de más prácticas de las que gusta el/la sumi@

En el primer caso sería de gran inteligencia entrar a valorar por ambas partes, si el Am@

Podría llegar a querer aprender a usar las funciones del sumis@ que ahora desconoce y viceversa.

En el segundo caso, si el Am@ no gusta de las funciones extras de es@ sumis@,  o viceversa, se puede dar una sesión casual maravillosa, pero no sirve para una relación a largo plazo, el/la sumis@ con el tiempo al ver que sus otras funciones no son usadas, acabaría por resentirse. Es mejor y menos egoísta, dejarlo volar, se lo merece como el tesoro que es. Lo contrario sería de un egoísmo descomunal.

Por mi parte, yo he decidido valorar lo que tengo como lo que es y ponerme al día con las funciones hasta ahora no usadas.