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Cada vez que yo hablo de ir a un restauarante chino, mi felizmente sufrido sumiso traga tan duro que en una de esas no me sorprendería si acaba expulsando la nuez de adan por el orto.

Con tacto él intenta hacer cambiar de opinión sobre el restaurante, ofreciendome como mínimo cuatro alternativas en lugares gastronómicos de 4 y 5 estrellas....

Hay quien pudiese pensar en que poseo un sumiso esplendido, o que me tiene tan en palmitas que sea de la opinión de que ningún lugar no inscrito en la guia Michelin sea apto al paladar de su Ama...

No, nada más lejos de la realidad... lo que en verdad ocurre es que cada vez que vamos a un chino, yo arramplo con al menos media docena de palillos para más tarde darles buen uso....

Dado que el CBT no es precisamente con lo que más disfruta..., prefiere pagar un pastón intentando sacar de mi pensamiento cualquier uso de palillos...

Como a veces soy buena y no quiero que llegue a pensar que jamás aceptaré ser sobornada y deje de ofrecerme suculentas alternativas, he decidido dejarme sobornar una de cada cinco veces... Total ya tengo una buena provisión de palillos chinos...